Acné facial

¿En serio? ¿Otra vez acné a nuestra edad?

El acné facial en la menopausia es un problema cutáneo más común de lo que muchas mujeres imaginan.

Y sí, las hormonas vuelven a ser las culpables. Pero a diferencia del acné adolescente (frente y nariz), el acné menopáusico suele aparecer en la barbilla y la mandíbula. ¡Fantástico!

Comprender sus causas, síntomas y tratamientos es clave para abordarlo de manera eficaz y segura, adaptando el cuidado de la piel a las necesidades específicas de la menopausia.

25%
de las mujeres en la menopausia lo experimentan.

¿Es normal?

Sí, es más común en la perimenopausia que en la menopausia. La buena noticia: con los cuidados adecuados, se puede controlar.

La causa principal del acné menopáusico es el desequilibrio hormonal. A medida que disminuyen los niveles de estrógeno, los andrógenos como la testosterona pueden volverse más dominantes. Por ello, lo primero que hay que hacer para abordar el acné menopáusico es tratar este desequilibrio hormonal y cuidar tu estilo de vida.

Durante esta etapa, la piel atraviesa múltiples transformaciones. Los cambios hormonales en la menopausia afectan la producción de sebo y reducen la capacidad de regeneración cutánea. Esto significa que los brotes de acné hormonal femenino pueden ser más persistentes y dejar marcas con mayor facilidad. Generalmente, los granitos se localizan en la zona de la mandíbula y el mentón, donde la influencia hormonal es más evidente.

A diferencia del acné adolescente, el acné menopáusico suele acompañarse de otros síntomas como sequedad, sensibilidad y pérdida de elasticidad. Por eso, conviene adaptar la rutina de belleza a esta nueva etapa. Los cuidados de la piel en la menopausia deben incluir limpiadores suaves, hidratación profunda y protección solar diaria. Es importante evitar productos demasiado abrasivos que pueden agravar la irritación.

Existen distintos tratamientos para el acné menopáusico, desde opciones tópicas como el ácido azelaico o los retinoides en baja concentración, hasta tratamientos médicos más específicos recomendados por un dermatólogo. La clave está en personalizar el abordaje según la intensidad de los brotes y las características de la piel.

Además del cuidado externo, la alimentación y el estilo de vida tienen un gran impacto. Reducir los azúcares refinados, mantener una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, dormir lo suficiente y practicar técnicas de relajación puede disminuir la aparición de brotes. El ejercicio físico regular también contribuye al equilibrio hormonal y a una mejor oxigenación de la piel.

En conclusión, el acné en la menopausia no tiene por qué convertirse en un problema crónico. Con hábitos saludables, una rutina cosmética adecuada y, en caso necesario, la orientación de un especialista, es posible recuperar el equilibrio y lucir una piel más sana y luminosa.

¿Qué puedes hacer?

  • Usa limpiadores suaves, como nuestro limpiador purificante, y evita productos agresivos que resequen la piel.
  • Incorpora retinoides o ácidos exfoliantes para renovar la piel.
  • Purifica tu piel desde el interior con el Complejo Detox, ideal para combatir el acné hormonal.
  • Evita el exceso de azúcar y lácteos, pueden agravar el problema.
  • Protege tu piel del sol e hidrátala con productos no comedogénicos.

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