Dificultad para dormir
Te das vueltas en la cama y esa idea de acostarte temprano ya es historia.
O quizás te dormiste rápido, pero a las 3:00 a.m. estás completamente despierta. O peor, te levantas a cambiar el pijama y las sábanas por culpa de los sudores nocturnos. ¿Te suena familiar?
El insomnio u otros trastornos del sueño son síntomas de la menopausia.

¿Es normal?
Por desgracia, sí.
Durante la menopausia, los cambios hormonales pueden alterar el ritmo del sueño y provocar insomnio o despertares frecuentes. Además, los sofocos nocturnos y sudores causados por alteraciones en la termorregulación interrumpen el descanso frecuente. La caída de estrógenos también afecta la producción de melatonina y altera los ritmos circadiano. Sumado a esto, otros trastornos comunes como la apnea del sueño, los ronquidos y el síndrome de piernas inquietas contribuyen a fragmentar el sueño . Los trastornos del sueño en esta etapa no solo afectan al descanso: pueden empeorar otros síntomas como la irritabilidad, la depresión, la falta de memoria, etc.
El insomnio en la menopausia es uno de los problemas más mencionados por las mujeres en esta etapa. La dificultad para dormir en la menopausia no se limita a conciliar el sueño, sino que muchas experimentan despertares en mitad de la noche o se levantan demasiado temprano sin poder volver a dormirse. Esto genera fatiga acumulada y reduce la calidad de vida.
Los cambios hormonales y sueño están estrechamente relacionados. La disminución de estrógenos y progesterona afecta a la regulación de la temperatura corporal y a los neurotransmisores vinculados al descanso. Por eso, no es raro que los sofocos y sudores nocturnos se conviertan en el principal motivo de interrupción del sueño.
Existen distintas estrategias sobre cómo dormir mejor en la menopausia. Mantener una rutina de horarios regulares, reducir el consumo de cafeína y alcohol, practicar ejercicio moderado y crear un ambiente fresco y oscuro en la habitación son medidas básicas que ayudan a mejorar la calidad del descanso. La meditación, el yoga y las técnicas de respiración profunda también son aliadas eficaces para relajar el cuerpo antes de dormir.
En casos más severos, los especialistas pueden recomendar tratamientos para el insomnio femenino, que incluyen desde suplementos de melatonina hasta terapias hormonales o psicológicas. Lo importante es personalizar el abordaje según cada mujer, ya que los motivos del insomnio pueden variar.
En definitiva, aunque la dificultad para dormir en la menopausia es un síntoma común, existen múltiples recursos para recuperar un descanso reparador y afrontar esta etapa con más energía y bienestar.
¿Qué puedes hacer?
- Mantén una rutina de sueño y relájate 30 minutos antes de acostarte.
- Evita cafeína y alcohol por la tarde y noche.
- Duerme en un ambiente fresco, oscuro y sin distracciones.
- Haz ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir.
- Cuida tu equilibrio hormonal con opciones como nuestro Complejo Serenidad, que ayuda a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.