Dolor en las articulaciones
Dolor y rigidez en las rodillas, caderas y hombros… una queja muy común después de la menopausia. El estrógeno se une a los receptores presentes en las articulaciones, ayudando a protegerlas.
Cuando sus niveles bajan, el dolor aumenta.

¿Es normal?
Sí. La caída del estrógeno después de la menopausia está directamente relacionada con el aumento del dolor y la rigidez en las articulaciones. Favorece el aumento de inflamación, rigidez y dolor articular. Además, se intensifica la inflamación sistémica y disminuye la lubricación y flexibilidad de los tejidos conectivos.
También, el peso corporal tiende a aumentar en la menopausia, lo que intensifica la carga sobre rodillas, caderas y columna. No obstante, hay soluciones para disminuir estos dolores menopáusicos.
El dolor en las articulaciones en la menopausia es una de las molestias más habituales y se manifiesta con rigidez matutina, crujidos, dificultad para realizar movimientos repetitivos o sensación de cansancio en las extremidades. Las causas del dolor en la menopausia no se limitan únicamente a los cambios hormonales: el envejecimiento natural de los tejidos, la pérdida de masa muscular y el sobrepeso también contribuyen a intensificar los síntomas.
La inflamación y la menopausia están estrechamente relacionadas. Con la disminución de estrógenos, el organismo pierde parte de su capacidad antiinflamatoria natural, lo que facilita la aparición de dolor articular femenino. Este fenómeno puede afectar a articulaciones grandes como rodillas y caderas, pero también a manos, muñecas y espalda.
Existen distintas estrategias sobre cómo aliviar el dolor articular en esta etapa. El ejercicio físico moderado, especialmente actividades de bajo impacto como caminar, nadar o practicar yoga, ayuda a mantener la movilidad y a fortalecer músculos que protegen las articulaciones. Una alimentación equilibrada, rica en omega-3, frutas, verduras y proteínas magras, también contribuye a reducir la inflamación.
En los casos más intensos, los especialistas pueden recomendar tratamientos para el dolor en la menopausia. Estos incluyen desde analgésicos y antiinflamatorios hasta suplementos de colágeno, vitamina D y calcio para proteger huesos y articulaciones. En algunos casos, la fisioterapia o técnicas de rehabilitación específicas resultan muy efectivas para recuperar la movilidad.
En definitiva, aunque el dolor en las articulaciones en la menopausia sea un síntoma frecuente, no es irreversible. Con un enfoque integral que combine hábitos saludables, apoyo médico y constancia en los cuidados, es posible mejorar la movilidad, reducir la inflamación y recuperar la calidad de vida.
¿Qué puedes hacer?
- Mantente hidratada para ayudar a la lubricación articular.
- Prioriza ejercicios de bajo impacto como natación, yoga o ciclismo.
- Refuerza tus articulaciones con nuestro Complejo Inmunidad, que aporta nutrientes clave para la salud ósea.
- Consulta opciones hormonales, algunas mujeres notan mejoría con terapia de estrógenos.