Irritabilidad

Los cambios hormonales afectan neurotransmisores clave del cerebro como la GABA (relajación), dopamina (placer), norepinefrina (energía) y serotonina (estado de ánimo).

Cuando los niveles de estrógeno y progesterona bajan, estas sustancias también fluctúan, provocando síntomas como irritabilidad y cambios de humor.

Este desequilibrio se ve agravado por otros factores típicos de esta etapa: los sofocos, el insomnio y la fatiga elevan los niveles de cortisol y disminuyen los de la serotonina.

52%
de las mujeres en la menopausia lo experimentan.

¿Es normal?

¡Por supuesto! Durante la perimenopausia y la menopausia, la irritabilidad, la tristeza, la ansiedad y la ira —o saltar de una emoción a otra— son completamente normales. La salud mental es un gran limbo en nuestra sociedad, y en la menopausia parece serlo aún más. Pero no estás sola. Es importante recordar que la irritabilidad es una parte normal del proceso de transición hacia la menopausia. Durante esta etapa, muchas mujeres descubren que el estrés diario y las tensiones de la vida las irritan más fácilmente que antes.

La irritabilidad en la menopausia está directamente vinculada a los cambios hormonales que afectan a neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, relacionados con el equilibrio del estado de ánimo. La caída de los niveles de estrógeno y progesterona puede generar mayor sensibilidad emocional y menor tolerancia a la frustración. Estos cambios emocionales femeninos pueden manifestarse en forma de discusiones frecuentes, sensación de impaciencia o una menor capacidad de concentración.

Las causas de la irritabilidad en la menopausia no son solo hormonales. Factores como el insomnio, los sofocos nocturnos, la fatiga crónica, el aumento de responsabilidades familiares o laborales y la percepción del envejecimiento también influyen. Todo ello puede potenciar la sensación de descontrol emocional.

Existen distintas estrategias sobre cómo controlar la irritabilidad en la menopausia. El ejercicio físico regular, sobre todo actividades como caminar, yoga o pilates, ayuda a liberar endorfinas y reducir la tensión. Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada y practicar técnicas de relajación o meditación también son claves para mantener la calma.

En casos más severos, los especialistas pueden recomendar tratamientos para la irritabilidad femenina que van desde la terapia psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual, hasta opciones médicas como la terapia hormonal o fármacos que regulen el estado de ánimo.

En conclusión, aunque la irritabilidad en la menopausia pueda resultar frustrante, se trata de un síntoma común y manejable. Con hábitos saludables, apoyo emocional y la orientación de profesionales, es posible recuperar el equilibrio y disfrutar de esta etapa con mayor serenidad y bienestar.

¿Qué puedes hacer?

  • Respira y haz pausas conscientes cuando sientas que la irritabilidad aumenta.
  • Escribe lo que sientes, ponerlo en palabras ayuda a gestionarlo.
  • Habla con amigos o busca apoyo, compartirlo alivia la carga.
  • Cuida tu descanso y alimentación, influyen más de lo que imaginas en el estado de ánimo.
  • Consulta a un profesional, hay soluciones para equilibrar las emociones.

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