Sudores nocturnos

Te despiertas empapada, con el pijama completamente mojado.

Hola, sudores nocturnos.

El estrógeno ayuda a nuestro cerebro a regular la temperatura interna, pero cuando sus niveles fluctúan durante la peri y la menopausia, nuestra “zona de confort térmico” se reduce, haciendo que el termostato interno reaccione de forma exagerada ante cualquier pequeño cambio de temperatura.

86%
de las mujeres en la menopausia los experimentan.

¿Es normal?

Los sofocos y los sudores nocturnos son dos de los síntomas más comunes de la menopausia. Pueden durar entre 30 segundos y 10 minutos, aparecer hasta 8 veces por noche y prolongarse hasta 12 años. Los efectos que suelen causar este síntoma son: alteraciones en el sueño o disminución de la calidad de vida. Los sudores nocturnos en la menopausia son comunes, disruptivos y pueden alterar tu descanso y bienestar emocional. Sin embargo, hay soluciones reales.

Los sudores nocturnos en la menopausia se producen principalmente por la caída de los niveles de estrógeno, que afecta al sistema de regulación de la temperatura corporal. Estos sofocos nocturnos hacen que el cuerpo interprete pequeños cambios de temperatura como excesivos, provocando una respuesta súbita de sudoración. El resultado es el despertar repentino, la incomodidad y, en muchos casos, el insomnio.

Las causas de los sudores nocturnos no son solo hormonales. Factores como el estrés, la ansiedad, el consumo de alcohol, la cafeína, las comidas picantes o dormir en un ambiente demasiado caluroso pueden agravar este síntoma. Identificar los desencadenantes personales es un paso clave para mejorar la calidad del descanso.

Existen distintas estrategias sobre cómo aliviar los sudores nocturnos. Vestir ropa ligera y transpirable, mantener la habitación fresca y bien ventilada, utilizar ropa de cama de tejidos naturales y evitar cenas copiosas antes de dormir son medidas sencillas y efectivas. También resulta útil practicar técnicas de relajación antes de acostarse, como meditación o respiración profunda, para reducir la ansiedad y favorecer un sueño reparador.

En los casos más intensos, los especialistas pueden recomendar tratamientos para los sudores nocturnos femeninos. La terapia hormonal sustitutiva es una de las opciones más eficaces, aunque existen alternativas no hormonales como suplementos de fitoestrógenos, ciertos fármacos o la acupuntura, que han mostrado buenos resultados en algunas mujeres.

En conclusión, aunque los sudores nocturnos en la menopausia son un síntoma común y molesto, no es necesario resignarse a vivir con ellos. Con hábitos saludables, control médico y estrategias de autocuidado, es posible reducir su frecuencia, mejorar el sueño y recuperar el bienestar emocional.

¿Qué puedes hacer?

  • Usa sábanas de algodón transpirables y mantén el dormitorio fresco.
  • Evita cenas pesadas y la cafeína antes de dormir.
  • Relájate con técnicas de respiración y meditación.
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